Nota de prensa
- Los menores con discapacidad auditiva, los que tienen un trastorno de desarrollo del lenguaje, aquellos con alguna dificultad respiratoria (asma o respiración oral) y los más pequeños en las guarderías, son los que presentan un mayor riesgo de tener perjuicios.
- «La mascarilla impide que los niños dispongan de todos los elementos habituales para percibir y comprender el habla. Esto puede afectar a su proceso de aprendizaje de la lengua».
Bilbao, septiembre de 2021.- El inicio del curso escolar, recién estrenado en Euskadi, ha vuelto a realizarse con la obligación de llevar mascarilla para aquellos niños y niñas con seis años cumplidos y para los menores de esta edad que comiencen el primer curso de Educación Primaria, dentro de las aulas. Esto, añadido a la necesidad del uso de mascarillas por parte del profesorado y de los técnicos y auxiliares de Educación Infantil, plantea un escenario sobre el que advierte el Colegio de Logopedas del País Vasco.
Tal y como pone de manifiesto Antonio Clemente, presidente de esta entidad, «los menores con discapacidad auditiva, los que tienen un trastorno de desarrollo del lenguaje, aquellos con alguna dificultad respiratoria (asma o respiración oral) y los más pequeños en las guarderías, son los que presentan un mayor riesgo de tener perjuicios».
En el caso de las guarderías y Educación Infantil, el logopeda destaca que «los niños hasta los cuatro meses de edad suelen fijarse en los ojos más que en los labios del interlocutor. Cuando tienen entre cuatro y ocho meses y están aprendiendo a balbucear, se fijan más en la boca que en los ojos. Desde muy pequeños, son muy sensibles a la información articulatoria, lo que les ayuda a especializarse y perfeccionar la fonología de su lengua materna. Por estas razones, la mascarilla impide que los niños dispongan de todos los elementos habituales para percibir y comprender el habla. Esto podría afectar su proceso de aprendizaje de la lengua durante los primeros años».
Recientemente, se han difundido estudios sobre la degradación acústica que provoca en el habla el uso de los sistemas de protección facial como mascarillas y pantallas. «En general, se ha comprobado en un estudio específico que las mascarillas actúan como un filtro para la voz y que las frecuencias entre 2.000-7.000 Hz se ven atenuadas en 3 o 4 dB por las mascarillas quirúrgicas y hasta 9 e incluso 12 dB por las mascarillas FFP2. Esto obliga a tener que hablar más alto, de manera habitual, lo que puede dar lugar a un uso intensivo y forzado de la voz».
Discapacidad auditiva
Con respecto a los niños y niñas con algún tipo de discapacidad auditiva, «las mascarillas opacas son una barrera evidente para la comunicación y son un problema en los niños con sordera, pérdida de audición y otras necesidades especiales, como implantes cocleares».
Esto es así porque las mascarillas «amortiguan la voz, reducen la calidad del sonido, imposibilitan la lectura labial y los indicadores no verbales e, igualmente, dificultan la interpretación de la intencionalidad del mensaje. Por eso, aunque los niños y sus interlocutores adultos usen la lengua de signos para hablar con otros signantes, ambos se ayudan mucho la lectura labial cuando el interlocutor utiliza lenguaje oral, por lo que es inevitable que el uso de la mascarilla opaca les afecte».
Trastorno del desarrollo del lenguaje
Los niños y niñas con un trastorno de desarrollo del lenguaje pueden tener diferentes aspectos afectados: la sintaxis, la morfología, la semántica, la fonología o la pragmática. Según detalla Antonio Clemente, «cuando tienen la fonología afectada, el habla es ininteligible, les cuesta reconocer sonidos y presentan dificultades para aprender palabras nuevas. En estas situaciones, el uso de la mascarilla lo complica aún más».
Niños con algún tipo de dificultad
El presidente del Colegio de Logopedas del País Vasco recuerda, en el caso de los menores que presentan algún tipo de dificultad respiratoria que pueda verse agravada por el uso de mascarilla, como pueden ser los asmáticos o los respiradores orales (los que fundamentalmente respiran por la boca), que el ministerio de Sanidad sigue recomendando el uso de las mascarillas también para los menores de entre tres y cinco años, si bien exime de su obligatoriedad».
Otras dificultades
Por último, el experto saca a colación que, en el contexto del complejo de estudios múltiples alemán Corona Kinder (www.co-ki.de), se creó un registro en línea donde los padres, médicos, pedagogos y otros podían anotar sus observaciones acerca de las quejas de niños y adolescentes en relación al uso de mascarillas faciales. En el mismo se pidió a 363 médicos que hicieran entradas y que los padres y profesores estuvieran al tanto del registro».
Según se detalla en el estudio, al finalizarlo, en otoño de 2020, un total de 20.353 personas habían participado en la encuesta. Solo el grupo de padres ingresó datos sobre un total de 25.930 niños. El tiempo medio informado de uso de máscaras fue de 270 minutos por día. De los encuestados, el 68% informó que los niños se quejaban de las deficiencias causadas por el uso de la máscara. Los efectos secundarios incluyeron irritabilidad (60%), dolor de cabeza (53%), dificultad para concentrarse (50%), menos felicidad (49%), renuencia a ir a la escuela / jardín de infancia (44%), malestar (42%) problemas de aprendizaje (38 %) y somnolencia / fatiga (37%).
Sobre la logopedia
La logopedia es una profesión sanitaria reconocida y regulada por la Ley 44/2003 de 21 de noviembre de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS), que se ocupa de la prevención, detección, evaluación, diagnóstico y tratamiento de las alteraciones de la comunicación y de las funciones asociadas mediante técnicas terapéuticas propias de su disciplina. Su actividad se desarrolla en centros sanitarios, sociosanitarios, educativos y también por cuenta propia. Se atiende a población de todas las edades, sea cual sea la causa de sus dificultades de comunicación y de las funciones asociadas.
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