Los logopedas, imprescindibles para una atención sociosanitaria completa, de calidad y coste-efectiva
- El Colegio ha solicitado formalmente que se incluya el perfil profesional del logopeda dentro del equipo técnico y con unas ratios de personal iguales a las de los fisioterapeutas.
- El Colegio de Logopedas del País Vasco ha realizado también una ronda de contactos con grupos del Parlamento vasco, con el mismo objetivo.
- Desde el Colegio, se rechaza la ausencia de este colectivo en el borrador del nuevo texto normativo, siendo imprescindibles para el abordaje de problemas de salud tan prevalentes entre la población mayor como la disfagia, el ictus, el alzhéimer, el párkinson, la capacidad para comunicarse o entender el lenguaje, etc.
Bilbao, 24 de julio de 2023.- El Colegio de Logopedas del País Vasco, dentro del trámite de información pública que establece la ley, ha presentado formalmente un documento con diversas alegaciones al proyecto de decreto por el que se modifica el Decreto de centros residenciales para personas mayores en el ámbito de la Comunidad Autónoma del País Vasco.
En sus alegaciones, esta entidad —que agrupa y representa a los 400 logopedas colegiados de Euskadi—, ha solicitado que se incluya el perfil profesional del logopeda en el citado proyecto de decreto y que figure dentro del equipo técnico, con unas ratios generales mínimas de personal iguales a las de los profesionales de fisioterapia.
Además de espacios y materiales adecuados para la atención logopédica en los centros residenciales vascos, se ha demandado la inclusión de protocolos de prevención y tratamiento de la disfagia orofaríngea, y de prevención y tratamiento de los trastornos de la comunicación y del lenguaje.
Asimismo, el Colegio de Logopedas del País Vasco, en la figura de su presidente, Antonio Clemente, ha iniciado una ronda de contactos con los distintos grupos que conforman el Parlamento autonómico, con el fin de transmitirles la necesidad de incorporar a los profesionales de la logopedia para poder garantizar una atención y una rehabilitación de calidad para las personas mayores.
Desde el Colegio ya se han llevado a cabo contactos con los grupos parlamentarios de PNV, EH Bildu, PSE, Elkarrekin-Podemos y Partido Popular, estando pendiente la reunión con estos últimos.
Antonio Clemente incide en «la necesidad de incluir de forma inmediata» el perfil profesional del logopeda en los centros residenciales para personas mayores en Euskadi, habida cuenta de su papel «fundamental para diagnosticar y tratar trastornos de la comunicación, el lenguaje y la deglución así como para formar a cuidadores y familiares de los afectados en los centros residenciales para mayores, todo ello, en contacto y colaboración con los profesionales de plantilla de las residencias y cuidadores, optimizando de forma notable los recursos existentes y formando equipos multidisciplinares».
La logopedia es una profesión sanitaria universitaria, reconocida expresamente en la Ley 44/2003 de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS). El logopeda es un profesional sanitario con capacidad para comprender, prevenir, evaluar, diagnosticar, intervenir, rehabilitar y tratar de forma terapéutica las diferentes alteraciones de la comunicación humana —como son las alteraciones y patologías de la comunicación, el lenguaje, el habla, la audición, la voz y la comunicación oral verbal y no verbal— y los trastornos oromotores, como la disfagia, que se producen durante todo el ciclo vital de las personas, desde la infancia hasta la vejez.
Necesarios para un modelo de salud y bienestar centrado en la persona y sus relaciones
«Las residencias de personas mayores de Euskadi cuentan con una importante población mayor con problemas como la disfagia, personas en fase de rehabilitación por un ictus, personas con enfermedades neurodegenerativas progresivas, como el alzhéimer, el párkinson y la esclerosis lateral amiotrófica, que inevitablemente ven afectadas su capacidad de deglución y comunicación. En esos aspectos, la figura del logopeda es esencial para ofrecer un modelo de salud y bienestar centrado en la persona y sus relaciones», señala.
A pesar de lo anterior, el representante colegial destaca que en la realidad actual «los profesionales logopedas del País Vasco permanecemos incomprensiblemente al margen de la atención integral y personalizada de los centros residenciales para personas mayores».
Según recuerda, Euskadi registra cada año alrededor de 3.300 casos nuevos de ictus y alrededor de un tercio de estas personas que han sufrido un ictus «puede tener como secuelas problemas para comunicarse con los demás o entender el lenguaje, así como dificultad para tragar alimentos y beber de forma segura y eficaz».
Por su parte, los problemas de deglución requieren una rehabilitación específica para evitar, por un lado, que la persona pueda deshidratarse o desnutrirse por beber y comer menos cantidad de la que necesita; y por otro lado, evitar una de las consecuencias más graves de la disfagia, que es la neumonía por broncoaspiración.
«La disfagia orofaríngea afecta a más del 15% de los mayores de 65 años y la padecen cerca del 40% de las personas mayores ingresadas en hogares geriátricos. Estos datos aumentan si la persona padece alguna demencia o enfermedad neurológica. Afecta al 30% de los pacientes con accidente cerebrovascular, al 52-82% de los que padecen la enfermedad de Parkinson y al 84% de los pacientes con la enfermedad de Alzheimer», enumera.
En estos casos, «se hacen necesarios programas de rehabilitación mediante maniobras posturales, ejercicios neuromusculares y respiratorios con apoyo de electroestimulación complementaria en algunos casos, dirigidos a aumentar el control de la deglución, la fuerza, la capacidad de expectoración, etcétera. Estos programas se han demostrado coste-efectivos, permitiendo una mejora en los datos de supervivencia y calidad de vida, por un lado, y menor gasto y consumo de recursos, por otro».
Por otra parte, la pérdida de audición asociada a la edad o presbiacusia es el tercer problema crónico de mayor prevalencia durante el envejecimiento por detrás de la hipertensión y la artritis. «Tanto la pérdida auditiva asociada a la edad como la merma en las habilidades lingüísticas ejercen un efecto importante en la comunicación social, que sumado a la ralentización de la velocidad de procesamiento, las dificultades de atención y memoria o la capacidad de inhibición disminuida, condicionan de forma directa la comunicación. Asimismo, unas habilidades comunicativas limitadas pueden provocar que la persona se sienta aislada de su entorno y generar un sentimiento de soledad, depresión, ansiedad e, incluso, alteraciones de la conducta que afecten a sus relaciones sociales», apunta el presidente del Colegio de Logopedas del País Vasco.
Contexto de ausencia de profesionales sanitarios
El representante colegial también manifiesta su «perplejidad» ante un contexto sectorial en el sector de atención a las personas mayores «en el que se constata un claro déficit de profesionales». Sin embargo, a pesar de ello, tanto desde la Administración sanitaria como desde las entidades gestoras de centros residenciales, «se sigue obviando la figura del logopeda», algo que, según sus palabras, «perjudica claramente a las personas mayores».