30 de mayo de 2024
El Colegio de Logopedas del País Vasco organiza el próximo sábado, 1 de junio, con la colaboración de Logocube, una formación sobre el abordaje de las dificultades en la lectoescritura a través del entrenamiento de la conciencia fonológica, dirigida a la comunidad logopédica de Euskadi y de acuerdo con las últimas aportaciones de la evidencia científica.
«Las dificultades de lectoescritura afectan a la capacidad de una persona para leer y escribir correctamente. Estas dificultades pueden manifestarse de diferentes maneras en niños en edad escolar y de forma significativa. Uno de los trastornos más conocidos que afecta a la lectura y que padecen uno de cada diez menores es la dislexia. Sin embargo, también pueden darse problemas para leer fluidamente (de manera rápida y precisa), entender lo que se lee (comprender el significado del texto), escribir con claridad o para aprender las reglas de ortografía (les resulta difícil recordar y aplicar las reglas para escribir correctamente)», detalla Maite Calzada, logopeda, psicopedagoga, neuropsicopedagoga y docente del curso.
Tal y como pone de relieve, «estas dificultades de lectoescritura pueden hacer que el aprendizaje en la escuela sea un desafío, pudiendo afectar de manera importante al desarrollo del menor; pero con la intervención adecuada, los niños pueden mejorar sus habilidades de lectura y escritura».
Conciencia fonológica.
Frente a esta situación, existe un consenso entre los diversos autores en relación a la rehabilitación de los trastornos específicos en el aprendizaje de la lectura que atiende a la «contundente eficacia» del entrenamiento de conciencia fonológica.
«La conciencia fonológica es una habilidad fundamental para aprender a leer y escribir. Se refiere a la capacidad de reconocer y manipular los sonidos que componen las palabras habladas. Cuando los niños tienen una buena conciencia fonológica, les resulta más fácil aprender a leer y a escribir correctamente», detalla la también fundadora de Logocube (https://logocube.ad/).
Sin embargo, se ha descubierto que estas habilidades no se desarrollan solas y que, por lo tanto, «es fundamental que los profesionales que se dedican a la intervención en los trastornos de aprendizaje o dificultades de lectoescritura, como son los logopedas, conozcan su desarrollo evolutivo y tengan herramientas para trabajarlas explícitamente en el momento adecuado».
¿Cómo funciona la conciencia fonológica?
Autores como Bryant y Goswami afirmaron en un influyente estudio que «el descubrimiento de la existencia de una relación fuerte entre la conciencia fonológica del niño y sus progresos en el aprendizaje de la lectura es uno de los mayores éxitos de la psicología contemporánea». Pero, ¿Cómo funciona realmente la conciencia fonológica?
«Imagina que puedes dividir una palabra en pequeños sonidos. Por ejemplo, la palabra “gato” se puede descomponer en los sonidos individuales “g”, “a”, “t” y “o”. Esta habilidad para escuchar y separar los sonidos de las palabras es lo que llamamos conciencia fonológica», explica Maite Calzada.
Y es que la conciencia fonológica incluye varias habilidades importantes. Entre ellas, se encuentran la capacidad para identificar sonidos («ser capaz de escuchar una palabra y saber qué sonidos la forman»); dividir palabras en sonidos («separar una palabra en sus sonidos individuales»), reconocer rimas entre palabras y aliteraciones (repetición de sonidos) en un mismo enunciado, y manipular sonidos («cambiar sonidos en una palabra para formar nuevos términos, como por ejemplo, cambiar la “g”, de “gato” por una “p” para hacer “pato»).
La docente del curso concluye recalcando que el desarrollo de la conciencia fonológica «es crucial» en la intervención de estas dificultades porque «ayuda a los niños a entender cómo funcionan las palabras, lo que facilita el aprendizaje de la lectura y la escritura. Cuando los niños tienen una buena conciencia fonológica, les resulta más fácil aprender a leer y a escribir correctamente. Y eso, tiene una implicación directa en su desarrollo vital».