Logopedia
  • Los trastornos del aprendizaje matemático, como la discalculia, afectan al 6% de los menores en edad escolar.

 

  • Un estudio reciente ha mostrado que hasta el 45% de los niños con discalculia también presenta síntomas de TDAH. Además, la comorbilidad entre discalculia y dislexia se observa en cerca del 50% de los casos.

 

  • La detección y tratamiento tempranos, idealmente entre los 7 y 9 años, son esenciales para modificar las trayectorias de aprendizaje y mejorar los resultados a largo plazo.

 

 

Bilbao, 30 de septiembre de 2024.- En el marco del comienzo del curso académico, el Colegio de Logopedas del País Vasco acaba de celebrar en Bilbao un curso monográfico titulado ‘Intervención logopédica en los trastornos del aprendizaje matemático’. La formación ha sido impartida por Patricia Comíns Palacios, logopeda especializada en discalculia, entre otros aspectos, y profesora de la Universidad Miguel Hernández, en Elche.

 

Tal y como recordó Unai Pequeño, presidente del Colegio de Logopedas del País Vasco, en la presentación de la docente, «los trastornos del aprendizaje matemático en general y la discalculia en particular, siguen siendo muy poco conocidos no sólo en las propias familias, sino también en el ámbito escolar. Sin embargo, se sabe que este tipo de trastornos afecta, en mayor o menor grado y en sus diferentes tipos, a aproximadamente el 6% de los menores en edad escolar, y en un porcentaje similar entre niños y niñas. Por este motivo, porque la población afectada es grande, hemos programado la celebración de este curso».

 

Patricia María Comíns Palacios, logopeda en Alicante, en su alocución, puso de manifiesto que los trastornos del aprendizaje matemático engloban a un conjunto de dificultades específicas del aprendizaje que afectan de manera significativa a la adquisición y aplicación de habilidades matemáticas.

 

Estas dificultades son persistentes y pueden afectar a uno o varios aspectos, como la comprensión de números, el aprendizaje de operaciones aritméticas, la ejecución de cálculos y el uso funcional de habilidades matemáticas en la vida cotidiana.

 

El origen de la discalculia se encuentra en una disfunción cerebral o una alteración neurológica en las áreas del cerebro que sirven de base para el procesamiento matemático. No está ligado a la inteligencia general del individuo, sino a dificultades específicas para manejar conceptos numéricos y aritméticos.

 

Sin embargo, un estudio reciente ha mostrado que aproximadamente el 45% de los niños con discalculia también presentan síntomas del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), según un metaanálisis publicado en el Journal of Child Psychology and Psychiatry en 2021. Además, la comorbilidad entre la discalculia y otros trastornos del aprendizaje como es la dislexia, se observa en cerca del 50% de los casos, tal y como se puso de manifiesto en una investigación publicada en 2022 en el American Journal of Medical Genetics.

 

Signos de alarma que pueden indicar la existencia de un problema

De cara a detectar la posible existencia de un trastorno del aprendizaje matemático, el papel de la familia y el profesorado es esencial. De este modo, Patricia Comíns citó signos como «dificultades para identificar números o realizar operaciones básicas como sumas o restas; errores frecuentes en matemáticas, consistentes y persistentes a pesar de la práctica y la corrección; lentitud en procesar tareas matemáticas que para otros niños de su edad resultan sencillos; y expresión de ansiedad o aversión hacia las matemáticas, que puede manifestarse en evitación o angustia emocional».

 

Importancia y efectividad de las intervenciones logopédicas

La logopeda y profesora de la Universidad de Elche destacó ante los logopedas vascos que investigaciones recientes constataron que «con intervenciones especializadas, los niños con trastornos del aprendizaje matemático pueden experimentar mejoras significativas en sus habilidades matemáticas». Así, un estudio publicado en la revista científica Journal of Educational Psychology en 2023 reportó que «las intervenciones estructuradas y personalizadas pueden mejorar las habilidades matemáticas en hasta un 70% de los niños tratados, dependiendo de la consistencia y calidad del tratamiento».

 

La detección y tratamiento tempranos, idealmente entre los 7 y 9 años, «son esenciales para modificar las trayectorias de aprendizaje y mejorar los resultados a largo plazo», destacó. Por ello, «es esencial que si se detectan signos que pueden dar a entender la existencia de un problema de este tipo, se consulte a la mayor brevedad posible con un profesional capacitado para detectar el problema, diagnosticarlo y tratarlo».

 

Los logopedas desempeñan un papel «esencial» en el diagnóstico diferencial de los distintos tipos de trastornos del aprendizaje matemático y en su tratamiento. Éste según añadió Patricia Comíns, «se desarrolla mediante la aplicación de intervenciones basadas en la evidencia científica que incluyen técnicas multisensoriales (utilización de materiales concretos y digitales para mejorar la percepción y comprensión numérica), estrategias visuales y manipulativas (implementación de herramientas como ábacos y software educativo) y métodos de instrucción estructurada (descomposición de problemas matemáticos en componentes más manejables)».

 

«Una intervención efectiva puede marcar una diferencia significativa en la vida académica y personal de los niños afectados», concluyó la experta.

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